La
rigidez se caracteriza clínicamente por una resistencia aumentada y
sostenida durante el desplazamiento pasivo de una articulación. En
desplazamientos cortos pero de gran velocidad se aprecia poca
resistencia.
La
fisiopatología de la rigidez no se conoce con exactitud. En 1958,
Barraquer Bordas propuso que la rigidez podía deberse a un aumento
de la actividad gamma.
Esta
visión fue rebatida en los años siguientes, sobre la base de
estudios microneurográficos de las aferencias primarias de los husos
neuromusculares. Los pacientes con rigidez suelen mostrar
dificultades para la relajación muscular completa, tal vez como
consecuencia de la exageración de los reflejos tónicos de
estiramiento. La presencia de actividad motora involuntaria se puede
poner de manifiesto con experimentos de tiempos de reacción en los
que se le pide al paciente que relaje el musculo después de una
contracción sostenida.
-Movimientos
automáticos
Son
aquellos generados en forma involuntaria y que no precisan ningún
estímulo externo ni ninguna aferencia sensitiva para su inicio o
ejecución. Existe todo un espectro de movimientos que van desde los
muy automáticos, como puede ser el parpadeo espontáneo, hasta otros
que lo son menos, como la marcha; en ésta, el origen es voluntario
pero la ejecución está muy automatizada.
En
la enfermedad de Parkinson coexiste una disminución del número, la
frecuencia y la amplitud de los movimientos automáticos, que
denominamos hipocinesia, con la aparición de movimientos anormales
involuntarios, como el temblor.
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